viernes, 9 de febrero de 2007

Tolerancia, respeto e igualdad

Como soy la primera en postear, debo partir dando la bienvenida a todos aquéllos que se acerquen, sea a leer, compartir, disentir o alentar. Espero, al igual que todo nuestro equipo, seamos un aporte al quehacer del mundo blog, esta vez, poniéndonos serios al tratar temas, ideas, pensamientos o sentimientos que no son abordados con habitualidad y, que cuando lo son, son finalmente pasados a llevar por la frugalidad de los comentarios o la falta de altura. Esperamos marcar una diferencia en ese sentido.
Habiendo dicho esto, me voy directo al punto.
Dentro del mundo de las ideas, todos tenemos cosas qué aportar. Todos somos seres pensantes, con libre albredío y nos enmarcamos, al menos en la teoría, dentro de un plano de igualdad.
Es éste un tema que desde siempre me ha parecido importante.
Se me ha venido este asunto a la cabeza luego que mi blog fuera vapuleado por un anónimo, de forma gratuita y artera. No es primera vez que me ocurre y seguro a muchos de ustedes les ha ocurrido algo similar en más de alguna ocasión.
Muchos recurrimos al tan manido concepto de la Tolerancia, al momento de defendernos frente a un exabrupto que nos ofende o menosprecia, solo por pensar o ser diferentes.
Tolerar, sin embargo, resulta mezquino y podría ser no una base o regla de convivencia social.
Tolerar es "aguantar", sufrir calladamente y, en este sentido, socava y anula el respeto mutuo y la igualdad que todo ser humano reclama para sí cuando se ve menoscabado frente a otros.
Un reputado pensador norteamericano, dedicado a la ciencia del Derecho, John Rawls, proponía a efectos de salvaguardar el metro cuadrado de cada cual, su espacio de libertad y sus derechos similares a los de sus semejantes, suponer que los seres humanos estábamos cubiertos por el Velo de la Ignorancia, de manera tal de realizar el siguiente ejercicio:
En ausencia del conocimiento mínimo acerca de la propia situación dentro de la sociedad, cada cual tenderá naturalmente a propugnar la igualdad, toda vez que no hacerlo podría ponerlos en desventaja en el mundo real.
Esta es nada más una manera más elaborada de la frase aquélla que nos compele a "ponernos en los zapatos del otro". O -dentro del mundo católico- "ama a tu prójimo como a ti mismo".
El egoísmo, sin embargo, poco reprochable si pensamos que es la natural consecuencia de nuestra innegable naturaleza animal, nos lleva a pensar primero y por sobre todo en nosotros. Es el instinto de supervivencia, aún poco explorado entre los humanos y muy incomprendido.
Tiendo a creer que si examináramos con detenimiento dicho instinto, podríamos esperar razonablemente un cambio de actitud. No será muy notorio, dada la complejidad del pensamiento humano y las otras múltiples (y hasta innumerables) variables que juegan en nuestro actuar como seres sociales.
En resumidas cuentas, tolerar aparece incluso una actitud despreciable moralmente, porque supone menospreciar a otros calladamente.
Respetar, por su parte, es una idealización poco práctica en vistas del actuar propio del ser humano.
Vernos como iguales, aceptando nuestras diferencias y entendiendo que cada cual lleva consigo sentimientos, pensamientos y experiencias acumuladas parece más razonable y un punto de partida bastante más pragmático a la hora de llevar a la práctica el respeto que todos anhelamos y casi todos simulamos.
LA FULERITA.

20 comentarios:

Soledad dijo...

Tomando tus palabras iniciales, yo al menos no pretendo ser un aporte al mundo blogger, es más, si de mi dependiera no me interesan los comentarios de otras personas salvo los colaboradores de este blog.

Pasemos al tema en cuestión: Tolerancia, Respeto e Igualdad. Creo que la Tolerancia es necesaria pero no por éso es buena. Sin embargo no me parece que tolerar conlleve a "menospreciar a otros calladamente" justamente la tolerancia aparece para invitarnos a no discriminar a ser en extremo prudentes con el otro. Sin embargo, creo que lo erróneo de la tolerancia es que funciona con la ley del mal menor: mientras no dañe a muchos, toleremos. Eso no me parece para nada y, creyéndome tolerante hasta hace poco, asumo mi naturaleza intolerante.

Respetar me parece más adecuado toda vez que el respeto no implica cuestionamiento alguno, puedo respetar tanto a una autoridad como a mi vecina que tiene un perro que se caga en frente de mi casa. Respetar no cuesta nada, y concuerdo con que, por lo mismo, simular respeto es tan fácil que "debemos" hacerlo y asi es probable que hasta nos respeten. Pero tolerar no, yo no tolero cosas puntuales y sin embargo las respeto. La tolerancia es una palabra inventada para permitir acciones negativas.

Ahora, en lo que jamás creo que estaré de acuerdo contigo es en que el hecho de vernos como iguales y aceptar nuestras diferencias nos lleva al anhelado y ojalá no simulado respeto. No pues, no somos todos iguales, podemos respetarnos, si, pero sobre la base de: Yo te respeto, tú me respetas a mi; pero ¿vernos como iguales?... No, jamás, ésa es una idea que sólo puede generar resignación y conformismo. Mira: si nos vemos como distintos, ya sea pensando "soy mejor que estas personas en esto o aquello" o "soy peor que estas personas para esto o aquello" y a partir de ahí comenzamos a no tolerar lo que no nos gusta o no queremos o nos hace daño, podemos tener una existencia más verdadera, consecuente con nosotros mismos, algo real.

Para mi, la intolerancia y la diferenciación individual nos pueden conducir a un respeto real por el otro. Por el contrario, la tolerancia y vernos como iguales aceptándonos unos a otros, nos lleva a transformarnos una masa social condenada a la decadencia.

Roberto dijo...

En el diccionario de la Real Academia Española, podemos encontrar las siguientes acepciones de “tolerar”: del lat. tolerāre
1. tr. Sufrir, llevar con paciencia.
2. tr. Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente.
3. tr. Resistir, soportar, especialmente un alimento, o una medicina.
4. tr. Respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.
Por lo mismo, me parece que debemos aclarar que, asumiendo que las palabras, suelen tener cierta carga emotiva, podríamos centrar la cuestión en el juicio que podríamos formular respecto a la práctica del primero y el cuarto de los significados señalados.
Muy brevemente, considero que aún asumiendo que “sufrir calladamente socave y anule el respeto mutuo y la igualdad que todo ser humano reclama para sí cuando se ve menoscabado frente a otros” tal estado de cosas aún así es legítimo cuando obedece a una decisión consciente y libre del sujeto y puede ser útil en la medida que evita conflictos, de los cuales buena parte suelen enturbiarse por el error (asumir que la posición propia es correcta, en circunstancias que es total o, la mayoría de las veces, parcialmente incorrecta) o derechamente por el egoísmo u otros sentimientos o lógicas de rol como el clasismo, el sexismo, el nacionalismo, etc.
Evidentemente conlleva aparejada en su esencia la semilla del estancamiento y la obstrucción a las posibilidades de mejorar las relaciones humanas.
Entonces, sólo cabe ponderar.

Rabinicio

Karin dijo...

A ver… entiendo que tolerar es también una forma de respetar… pero respetar a otro no tiene por qué necesariamente llevarme a “sufrir” por sus actitudes o dichos… Si estoy en desacuerdo, lo manifiesto respetuosamente y no me quedo rumiando mi molestia, actitud que finalmente nos llevaría al cinismo. En ese sentido creo que una buena discusión puede llevarnos incluso a darnos cuenta que nuestro parecer estaba total o parcialmente errado y, finalmente, terminamos aprendiendo… Hay circunstancias en las cuales tolerar me suena a poner la otra mejilla, algo a lo que no estoy dispuesta…

Ahora bien, vernos como iguales ¿en qué sentido? ¿Porque somos seres humanos? Porque desde niña me enseñaron a respetar a todo el mundo, independiente que fuese Presidente de la República o quien barría las calles… Como me decía el papá, ’merecen todo tu respeto por el simple hecho de ser personas’ Creo que hasta ahí llega la igualdad… Después de eso somos tan distintos que es ahí donde nace el concepto de respetar a los demás… Difícil es, entonces, vernos como iguales… Más fácil para mí es vernos como personas en esencia distintas, pero que merecemos todo el respeto del prójimo.

LA FULERITA dijo...

Se me antoja que todos estamos más o menos de acuerdo en el discursdo, pero no, como muy bien apuntó Roberto, con las acepciones. Personalmente, asumo y acepto que di a cada una de las palabras clave empleadas una cierta carga emotiva, asumiendo, malamente, que para los demás, tal tinte es el mismo, cuando, en realidad y luego de leerlos, me doy cuenta que estoy en un profundo error al pintar palabras que debieran ser primero neutralizadas (o al menos explicr mis perspectivas) antes de asumirlas como de un significado común.
Entonces y para dejar más claro mi punto, reitero aquéllo a lo que sí diera un significado: Tolerar. Para mi, significa cargar con algo no deseado y, desde esa perspectiva, "tolerar" las diferencias" no me parece, insisto, moralmente adecuado.
La igualdad a que aludo se refiere a nuestra naturaleza humana. Quiero decir con ello que "los demás", sean éstos buenos o malos, nos disgusten o agraden, los queramos o no los conzcamos, son tan humanos como nosotros y nada más en ello radica nuestra igualdad. De ahí más somos puras diferencias pero comparables porque tenemos esa primera base en común. Pienso, por ejemplo, en los árboles. Los hay preciosos, recién plantados, torcidos, secos, pelados o de gran ramaje. Cada árbol es distinto al otro, pero por más diferencias que les encontremos entre ellos, seguirán siendo árboles. En otras palabras, a lo que apelaba (presa de la obnubilación propia de encontrarme en medio de una batalla campal) era a reconocernos como humanos. Cuando alguien te descalifica de un modo grosero, aberrante, cuando alguien te maltrata, hiere o hasta ignora (dependiendo del cuero de cada cual), te desvaloriza como ser humano.
En resumidas cuentas y para no dar más jugo, pienso sinceramente que cuando miramos a otro y vemos esa esencia que nos hace humanos, que nos diferencia, aglutina y hace únicos al mismo tiempo, recién entonces sabemos (no con la razón, sino con el corazón) lo que significa respetar.

Soledad dijo...

Mmmm, claro en algo estamos de acuerdo todos, en el enfoque respecto a la tolerancia. Sin embargo, me gustaría que Roberto aclarara a qué se refiere específicamente con "ponderar" y que Karin pudiera especificar si el respeto lo merecemos por el sólo hecho de ser personas o por el hecho de que somos diferentes, no me queda muy claro...

Fule, y respecto a lo que dices en el comentario, precisando algunas cosas, algo necesario, no me queda muy claro eso de que respetemos con el "corazón" y no con la "razón"... ¿Por qué?, es decir, el respetar con el corazón es algo verdadero y hacerlo con la razón es falso o menos importante?

Creo que la igualdad a la que aludes, es decir: somos todos personas, es una constante a todos los seres humanos y, al menos para mi, las constantes se anulan, si yo me comparo contigo no puedo decir: somos personas, te respeto. No, porque yo tb lo soy, entonces debo apelar a las diferencias para respetarte. Es mi opinión.

Roberto dijo...

Al emplear la palabra ponderar quise decir pesar, tomar en cuenta los beneficios y consecuencias nefastas de asumir que las personas mayoritariamente asuman la actitud de sufrir o llevar con paciencia a los demás. Porque si bien es cierto, entendiendo la tolerancia en tal sentido y asumiendo que “nos puede llevar a transformarnos una masa social condenada a la decadencia”, no es menos cierto que tal resultado no es ni ineludible ni tampoco el peor de todos.

Creo que la intolerancia, entendida como lo opuesto a “sufrir o llevar con paciencia a los demás”, no necesariamente nos conduce a un respeto real por el otro, toda vez que vivimos en un mundo en que las motivaciones suelen ser muy distintas de la búsqueda de la verdad, la perfección moral e intelectual y el desarrollo integral de la sociedad y de la persona, en general, como planteaba antes, el egoísmo u otros sentimientos o lógicas de rol como el clasismo, el sexismo, el nacionalismo, el anarquismo son las que determinan “por qué” o “para qué” somos tolerantes o intolerantes, que es lo que toleramos y qué no. Nuestra visión, nuestra verdad, nuestra ideología.

En tal sentido, el estancamiento, la masa social atada por la inacción y una posible decadencia puede ser una alternativa más deseable que una violenta destrucción, toda vez que la lógica de la intolerancia y la diferenciación individual, nadie garantiza que prevalezca el mejor, menos aún que sea quien busque algo distinto que aprovecharse del resto.

Rabincrédulo

LA FULERITA dijo...

Hablo del corazón y no de la razón en un sentido que, verdad de por medio, me resulta difícil explicar de una manera universal. Apelo a los sentimientos (corazón) porque muy a menudo me encuentro con hermosos discursos pronunciados por muy pensantes seres que, una vez fuera de su tribuna, hacen todo lo contrario a lo que promueven. Es, si se quiere, un acto de fe. No la fe del religioso, sino la convicción prufunda...aunque hoy ando medio mística y eso puede hacerme comentar cosas que mañana replantee.
Aún así, me refiero a la convicción,como internalización del raciocinio.
Respecto de la incredulidad de Roberto, pues la comparto y creo que la mayoría, como masa o individualmente al menos intuye que es mejor ser prácticos antes que idealistas y, en ese sentido, claramente escojo ser "tolerada" antes que vapuleada.

Soledad dijo...

Mmmm... Fule... si, claro bajo esos términos es indudable que es mejor se tolareda que vapuleada. Sin embargo me parece que tolerar en tal sentido no genera discordancia ni discusión y por lo tanto una relación de tolerancia se puede mantener así por siglos sin que medie un crecimiento sino una lenta decadencia. Personalmente prefiero que no me toleren, me discutan y me "ofendan" (entre comillas pues hay pocas cosas que me ofenden y creo que todo es conversable, lamentablemente: hay pocas personas dispuestas a pelear o discutir hasta la muerte).

Veo que hablas desde tu sensibilidad... me gustó tu definición de la fé.

Me queda clarísimo lo de ponderar Roberto, y creo que los que prevalecen son los que se aprovechan de los otros y extraen lo mejor de las demás personas .... ahora, que esos sean los mejores?... depende de lo que entendamos por mejor, ciertamente.

Observación general: supongo que todos pueden hacerles observaciones al resto, de éso se trata no? de comunicarnos y profundizar, me gustan las cosas profundas :-P

Karin dijo...

Me refería más bien, Sole, al respeto por las diferencias… eso de “respetar por ser personas” fue más bien lo que le enseñaron a una enana de… que se yo, 5 años…

Ahora bien, dándole un par de vueltas más al asunto (en la medida que la cantidad de pega pre-vacaciones y el ánimo me lo han permitido), entra en juego un adicional… Si bien es cierto soy una persona más bien reposada, no soy de frecuentes discusiones airadas e intento ser más bien conciliadora, también es cierto que cuando ya mi paciencia se satura por algún dicho o actitud determinada, opto por ignorar… Y por ese lado creo que va mi preferencia… más que ser tolerada o vapuleada, prefiero que me ignoren…

Roberto dijo...

No siempre los que prevalecen son los que se aprovechan de otros. Tal predominio depende, además, de cientos de factores.

Por otra parte, considero que la actitud de Karin es tan legítima como cualquier otra. En una sociedad abierta y respetuosa de los derechos fundamentales hay cabida para personas tolerantes e intolerantes. Los límites están puestos por las normas que convencionalmente fijamos mediante mecanismos democráticos. También es legítimo que mediante tales herramientas se generen incentivos.

Yo opto por ser tolerante velando por mis intereses y mi forma de entender el beneficio social respetando las reglas del juego.

Rabinsistente

Soledad dijo...

Ya, perfecto... pero a ver Karin, entiendo lo del respeto a las personas, como ese tipo de cosas que nos enseñan como por osmosis o por imitación, como los valores fundamentales de las personas, incluso me atrevo a decir que te refieres a los introyectos que llegan a nuestro inconsciente casi sin que lo queramos... todos tenemos, lo positivo es identificarlos y luego hacerlos nuestros o cuestionarlos y cambiarlos de acuerdo a nuestra forma de ver el mundo.

Entiendo que a veces el tiempo es escaso para reflexionar, pero hace bien hacerlo, yo al menos siento que es una instancia de aprendizaje y crecimiento, al menos así lo es para mi. Pero vamos al punto, al decir que prefieres que te ignoren, te refieres a que si alguien no está de acuerdo con algo de lo que tú haces o dices o defiendes, y suponiendo que ésa persona es importante para ti, prefieres que en vez de generar un conflicto ésa persona te ignore haciendo tú lo propio? o eso se aplica a las personas que no son importantes?

Y otra cosa... ignorar hasta que se te pasa a ti el malestar? o hasta siempre?...

Me gustó en todo caso la postura de ignorar, se me hace un tanto difícil para mi, pues tiendo a ser excesivamente comprensiva, pero lo pensaré, ahorra muchas cosas el asunto de ignorar aunque creo que le diría a la persona que la voy a ignorar pero sin posibilidad de que me convenza de lo contrario... veremos como integro todo esto a mi vida.

Bueno, a ver Roberto, claro, depende de muchos factores, pero aún así creo que hay un denominador común en el hecho de aprovecharse del resto ó quizás sería más bien aprovechar "mejor que el resto".

Imposible no pensar en ¿Cuándo dejas de ser tolerante? ¿Cuándo ya no hay beneficios para ti? ¿Cuándo te perjudica en alguna medida el ser tolerante?

Te lo pregunto porque me llaman la atención las personas tolerantes, pues como ya dije, yo creía serlo y resulta que no lo soy... pero no sé... me parece interesante saber más al respecto. Si es que se puede, claro. Mmmm la misma pregunta la amplío a la Karin y a la Fule ¿Son tolerantes? ¿Cuál es el límite?

Karin dijo...

Sole: No me molesta que alguien no esté de acuerdo conmigo y si hay que discutir, lo hago… por eso hablé de cuando mi paciencia se satura… ahora, claro… si la persona es importante para mí probablemente tenga más aguante… y también voy a ignorar (o aguantar que me ignoren) hasta que sienta que las cosas se calmaron un poco para volver a discutir, pero de una forma más reposada tal vez… Ahora bien, con quienes no son importantes, que las cosas se vayan dando solas… no gasto demasiadas energías en ello, aunque le doy mis vueltas al asunto de vez en cuando… El exceso de comprensión no resulta bien para mí, siento que terminan viéndome las pelotas…

Y en cuanto a la tolerancia, no se… no tengo un estándar para eso, más bien depende de qué le tolero a quién… ¿Límites? Los voy viendo en el camino…

En cuanto a tí... ¿Por qué creías ser tolerante y ahora descubres que no..? ¿Tiendes a ser excesivamente comprensiva pero no tolerante..? Pues me parece que la comprensión y la tolerancia están ligadas…

Soledad dijo...

Mmmm Karin... a ver, primero que nada, me queda claro lo que expones respecto al asunto de ignorar o aguantar que te ignoren. Respecto a mi, bueno, mucho tiempo me las dí de tolerante, pacífica, conciliadora, siempre ahí para todos... puse todo éso en un mismo saco y así fuí muy bien conceptuada por los demás, era una verdadera delicia mi discurso respecto a las relaciones interpersonales y la gran aceptación que yo predicaba. Pero un buen día me percaté de que yo realmente no toleraba muchas cosas simplemente quería ser considerada como tolerante por los demás y así de paso evitar muchos conflictos y evitar explicar por ejemplo los porqués de mis intolerancias. De esa manera me fui al otro extremo y asumí de golpe todas mis intolerancias y fui muy mal conceptuada por los demás, importándome bien poco eso en todo caso. Actualmente, intento ser educada y de cierta forma, "ponderar" como bien dice Roberto. Y es en este sentido que no tolero muchas cosas pero las comprendo en exceso, en otras palabras "hago como que las tolero" pero tengo claro que no lo hago... lo tengo claro en mi yo interno, que es lo que me costaba asumir antes.

Por ejemplo, no tolero a las personas "huecas" pero las comprendo y me divierte jugar y reirme de ellas. Ahora si hay cariño de por medio me río sola y cada vez menos en tanto el cariño aumenta, y si no hay cariño me río abiertamente no más.

LA FULERITA dijo...

A mi ha pasado al revés que la Sole. Solía ser muy cerrada e intolerante. No daba cabida en mi cerebro a pensar si quiera que otro tuviera la razón y no yo ¿por qué? Probablemente por ego, por orgullo y porque suelo meditar mucho las cosas antes de pronunciarme sobre algo. Quien no era, no pensaba o no compartía los valores que me son propios, sencillamente eran borrados de mi mapa mental.
Un cierto día, mis padres me acorralaron y me "disertaron" acerca de la tolerancia, el respeto y lo muy sola que me iba a quedar siendo tan "intolerante".
El caso es me que volví meramente tolerante, no por convicción, sino por el temor que me infundió la posibilidad cierta del autoexilio.
Ese ejercicio constante de "tolerar" se transformó con el tiempo en una forma distinta de ver las cosas y de aproximarme a las personas. Así como una amiga mía titula que la "la fe es el ejercicio de la paradoja", la tolerancia se transformó para mi en un ejercicio que me trajo como recompensa (así lo siento) respetar verdaderamente a los demás, volverme comprensiva frente a sus actitudes y modos de vida.
A veces me voy a los extremos y "tolero" mucho más de lo que debiera en atención a mi sanidad mental, mientras otras veces, doy marcha atrás y me vuelvo intolerante. Lo que casi nunca hago es "ponderar" hago lo que siento y ya Eso me ha traído nefastas consecuencias pero aún no aprendo el juego del "tira y afloja".

Karin dijo...

Miren, ah..? Yo, hace unos cuantos años atrás, siempre me preocupaba de "caer bien"... debe haber sido algo así como mostrarme tolerante y comprensiva... Me sentía rara si notaba que no le agradaba a alguien... Pendejadas... Ahora tengo claro que no necesariamente le agrado a todo el mundo, que más de alguien debe tenerme bronca, yo qué se... pero tampoco es un asunto que me quite el sueño... Soy así y ya está... En constante crecimiento, pero con altibajos como cualquiera... Lo que sí, contrario a la Sole, hay personas a las que no logro comprender... sin embargo las tolero...

(Dio para harto el tema, sita Fule, ah..? Súper..!)

Aprovecho para contarles que a partir del próximo martes estoy de vacaciones y me desaparezco del mundo virtual hasta marzo...

Besos..!

Soledad dijo...

Súper bueno el tema Fule.... tan conectados los 3 conceptos... me gustó mucho... y bueno quizás todavía dá para más, a mi me gusta hilar fino... pero me echan la pará de carro no más si me pongo pesada.

Bueno, al igual que la Karin, me ausento desde el 21 hasta el 5-6 de Marzo.... asi es que podríamos hacer un tipo de receso, si están de acuerdo... especialmente el joven de 32 años, que es a quien le toca postear ahora.

Karin dijo...

Como los asuntos acá se tratan con seriedad y hablamos de cosas importantes, quiero dejar por este lado también un saludo de Feliz Cumpleaños a la Fule, nuestra primera colaboradora en postear.

Un abrazo, un beso y muchas felicidades!

Soledad dijo...

Estaba pensando algo... en relación a la tolerancia y al respeto. Me puse a pensar en qué pasa con la tolerancia y el respecto hacia uno mismo... en particular cuando se trata por ejemplo de cosas que no podemos cambiar de nosotros pero que no nos gustan. ¿Será eso posible?... Estoy buscando algún ejemplo personal, de algo que no pueda cambiar de mi y que no tolere, ó algo que me haga sentir que no me respeto a mi misma, pero no encuentro nada... y creo que me perdí, quizás va contra nuestra naturaleza, no lo sé.

¿Algún aporte al respecto?

LA FULERITA dijo...

Acá sí que puedo decir harto: La verdad sea dicha, yo me respeto poco. Los más cercanos suelen decirme que no me quiero ni un poquito y que mi blog es esa parte escondida de mi que jamás muestro en público. Sin embargo, calladamente, me reconozco mediocre, fracasada, floja e indolente. Más que tolerar mis defectos, diría que siempre los justifico (jalisco no se rinde). Suelo recibir un "¿Cómo esperas que los demás te quieran o respeten si tú misma te dejas pasar a llevar de tal o cual manera?". Claro que no soy entera defectos pero hay muchas cosas de mi personalidad que me encantaría poder cambiar, sin embargo, pocas cosas han sido las que logrado revertir a mi favor. Si alguno ha tenido la impresión que me creo el descueve, les comunico de inmediato que no es así. Me reconozco por lo que soy y a través del blog intento ser como preferiría ser: una mina canchera, sabedora de lo que quiere para sí y su futuro. Sin embargo, no soy más que una niña de 35 que no sabe ni donde está parada pero que hace su mayor esfuerzo para disimular esas falencias que considero atroces e injustificables en alguien de mi edad. Pues sí, me desprecio. Aún así, tengo algunas cualidades que me enorgullecen pero que la mayoría ignora y desprecia (y asumo que la mayoría ha de tener la razón)

Soledad dijo...

Bien... es sin duda un valioso aporte el que haces, yo no sabía cómo enfocarlo... Creo que abarcas muchos temas importantes. En primer lugar, me interesaría mucho saber cuáles son esas cualidades de las que te enorgulleces.

Es complicado al analizar el tema del respeto y la tolerancia hacia uno mismo, tomar en cuenta lo que dicen los demás, considero que si bien suele importarnos más o menos lo que la gente diga de nosotros, hay una instancia en la que dejamos de lado todo lo externo y solamente nos vemos a nosotros mismos en nuestro interior. Es en ésa instancia en la que creo que debemos, sin lugar a dudas, tener en cuenta ante todo, que existimos así como somos, y que tenemos todo el derecho a ser como somos y que por mucho que uno diga: ¿por qué chucha soy asi?, el caso es que uno es como es y tiene derecho, por ejemplo en mi caso, a tener 35 años y comportarme como estúpida frente a una pareja haciendo preguntas que ni una adolescente haría, pero me permito hacerlas porque siento que tengo derecho a ser una pendeja de mierda al relacionarme con un hombre, sabiendo que ésa persona se ríe de mis preguntas y sin duda que lo más probable es que él crea que yo lo hago a propósito, pero la verdad es que la ingenuidad me carga, la odio, no tolero ser ingenua, pero lo soy, a los 10 días me doy cuenta de las huevadas que dije y de lo ridícula que fui.

Pero volvamos al tema: creo que despreciarte por lo que eres, por las cosas negativas que tienes es bastante injusto Fule, puesto que tú no quieres ser así, entonces es como tener el pelo liso, peinarte lo mejor posible, verte medianamente bien y luego despreciar el pelo liso... es absurdo, en ese caso es mejor ondularlo y saber en tu interior que lo tienes liso pero que ya vas más cómoda con el pelo ondulado, te digan lo que te digan. No sólo lo negativo que tenemos a veces es parte de nuestra formación y a veces es inevitable ser de tal o cual manera, pero si hay alguien que cree en los cambios de las personas, ésa soy yo, puesto que lo he visto y lo he experimentado. Uno sigue siendo la misma persona, los cambios a veces ni siquiera uno los percibe, pero se puede cambiar, sí que se puede, cuando uno quiere, claro está.

A veces uno debe partir de sus puntos negativos y aceptarlos como tales... ya, soy asi, soy una mina de 35 (en mi caso) que le teme horriblemente al fracaso, pero ya lo asumí y me expongo poco a situaciones que impliquen resultados negativos para mi. Sin embargo, al sumirlo, me siento con todo el derecho a ser asi, y busco relacionarme con personas a las que le pueda decir mil veces: pero verdad que somos amigas/os? ... para siempre? asunto ridículo, pero lo asumo y aunque canse a los demás finalmente soy asi y si por éso he de estar sola en períodos de mi vida, asumo esa soledad con un desprecio visceral al resto de la humanidad.

Creo que al justificar tus falencias y tus puntos negativos demuestras mucho cariño por ti misma, aún te importa no parecer como realmente eres (no mostrar lo que no te gusta de ti)... éso es signo de amor por uno mismo, de cuidarse, de quererse y de protegerse.

Me parece que centras demasiado en los demás la opinión que tienes de ti misma, éso es peligroso porque psicológicamente tendemos a tratar de obtener el máximo de provecho de los demás y en ese sentido nos conviene rodearnos de personas inseguras y temerosas de quienes podamos aprovecharnos y por ése motivo no ayudamos a alguien a superar sus problemas sino que inconscientemente buscamos que esa persona insegura siga siéndolo porque así podemos obtener de ella lo que necesitamos. Esto explicaría el porqué dejamos que los demás se aprovechen de nosotros, por una parte los demás hacen que mantengamos esa inseguridad y nosotros mantenemos la inseguridad para no perder las relaciones que podamos haber conseguido pese a nuestras falencias... es sin duda un círculo vicioso del que podemos salir, claro está, asumiendo que los demás se aprovechan, por ejemplo, y diciéndoselo a los otros, onda: Ya, yo hago esto por ti y sé que aprovechas porque me conoces y sabes como soy, pero lo hago igual porque soy tonta. Por ejemplo. Asi nos vamos acostumbrando a ser honestos con nosotros mismos y de paso vamos generando una cierta incomodidad interna que es el punto de partida para el cambio.

Me parece que despreciarnos por ser como somos es tan válido como amarnos por ser como somos (insisto, en tu caso es injusto). Es una postura de vida que tiene sentido, implica vernos a nosotros mismos de manera realista y tener un juicio valórico que aunque despiadado, pareciera ser más real que andar por la vida de "la super woman" ó el "super man"... el problema radica en cuánto sufrimiento interno nos provoca ésto. Cuando estamos solos pensando, analizando, ahí es cuando sumamos, restamos y vemos el sufrimiento o satisfacción que nuestro actuar nos deja como resultado. Si el sufrimiento es mucho y no nos permite avanzar en la vida, entonces claramente debemos establecer cambios, si el sufrimiento es llevadero y hasta nos puede agradar, entonces los cambios dependerán solamente de la voluntad, y si el sufrimiento es poco entonces estamos ante una postura de vida realista en extremo y muy dada a los conflictos existenciales (me incluyo en este grupo).

Pasando al tema de tu blog y de la forma en que te muestras ahí, creo que la persona que vemos reflejada en tu blog eres sin duda tú, has expuesto tus miedos, dudas, conflictos, quizás no de manera explícita muchas veces, pero se dejan ver... asi como en el blog de la Karin se puede ver también muchas de sus problemáticas y en el blog de Roberto se transparentan varios de sus conflictos, asi también uno parte escribiendo en el blog con la idea de que será leído, y más aún, que alguien comentará respecto a lo que ha leído, entonces obviamente que nuestra mente tenderá a mandarnos a la conciencia lo mejor de nosotros, exagerando muchas veces el "cómo queremos ser vistos" por los demás... de ahí que resultemos casi como ser "otra persona" en el blog, en circunstancias que realmente somos muy diferentes. Baste ver la forma en que nos arreglamos cuando conocemos a alguien por ejemplo, nos preocupa, tratamos de vernos bien y es éso mismo lo que hacemos en los blogs, creo yo.

Para mi es tremendamente importante sentirnos con todo el derecho del mundo a ser como somos, aceptarnos diferentes, en mi caso, por ejemplo, aceptar que a mis 35 años no he establecido una relación sentimental "normal" y que éso no significa que fracasé en ese ámbito, siento que me relaciono de otra manera, que pese a que hay noches en que daría mi vida por estar durmiendo acompañada, no es lo que tengo y éso se debe en gran parte a mi forma de ser y ya está, lo acepto y no estoy dispuesta a relacionarme con cualquier imbécil sólo para tener con quién dormir y despertar, no pos, me resisto a cambiar para tener una relación de pareja "normal", filo, pico pa todos, si no tengo lo que quiero entonces de lo que quiero tendré lo poco ó mucho que pueda.

A todo esto, Fule, no me pareces tan canchera en tu blog, ojo, me pareces más bien con un aire de superioridad intelectual que tengo que reconocer que me intimida un poco... pero poco.

Para ser justos, y no hablar sólo respecto al blog de la Fule, les diré que la Karin me parece, en su blog, dueña de una emocionalidad y sensibilidad conmovedoras y Roberto me parece en su blog como poseedor de una cantidad impresionante de conocimientos y con una postura frente a las cosas que muchas veces sorprende. Y mi blog, ciertamente es una oda a mi ego y a la belleza de mis cuadros y de mi rostro, sumado a uno que otro conflicto interno.